Inventar mundos, ponerse en la piel de fantásticos personajes, viajar sin moverse de la silla, vivir sensaciones desconocidas... la escritura creativa nos permite todo eso y mucho más.
Por esta razón, poquito a poco, en las clases de lengua vamos aprendiendo a redactar, a expresar nuestros pensamientos de una manera coherente y a reflejarlo en el papel.
Esta semana hemos hecho otra nueva clase y cada día los resultados son mejores.